domingo, 11 de enero de 2009

Una boca es una boca....

“Reunión urgente en el bar” decía su mensaje de texto y como no tenía objeciones al respecto, me vestí y salí. A las siete estaba frente a la puerta, esperando sin saber qué era lo que había pasado o estaba por ocurrir, pero tenía que estar ahí. Llegó Charlotte y conversamos acerca de las cosas comunes, trabajo, vacaciones, de qué más se podía hablar en un día caluroso de verano como ése, pero ambas silenciosamente intrigadas por el mensaje de Sam. El que fuera viernes –típico día de reunión- no le quitaba misterio. Había dicho URGENTE. Eran las 7 y media cuando apareció frente a la puerta, sofocada y acelerada, como si hubiera venido corriendo. Nos hizo señas para entrar mientras hablaba por celular con algún desconocido. Charlotte y yo nos miramos sorprendidas y a media risa, pero ella permanecía muy seria.
Apenas cortó la llamada preguntó:

- ¡¿Dónde está Miranda?!
- Dijo que no venía- le respondí tranquila- hoy tuvo un día larguísimo y acaba de llegar a su casa.
-No importa lo cansada que esté. Alguien que la llame y la obligue a venir, yo no tengo crédito. Y no puede no estar justo hoy que tengo que contarles algo importantísimo.

Ella suele usar esa frase y por eso no me alarmé demasiado con su orden. Además suponía que serían buenas noticias. Llamé a Miranda y, riéndome un poco de la exageración en el pedido de Sam, le transmití sus exactas palabras.

- Decíle que no joda. Estoy fusilada. Pienso meterme en la ducha, ponerme el piyama e irme a dormir. – me contestó casi suplicante.
- De acuerdo, yo le digo, pero no me hago cargo de las cosas que pueda decirte después –dije riendo.
- Okey- se rió- pero mientras tanto vos defendeme.

Cortamos y Samantha nos miró a Charlotte y a mí como esperando que le preguntáramos. Vino el mozo y nos miró, también, con la misma cara de que le preguntáramos. Así que pedimos tres gaseosas –menú de verano- y éste se fue sonriendo. Pero Sam seguía con esa expresión entre risa y ansiedad mientras se prendía el primer pucho de la tarde. Viendo que no íbamos a decir nada, estalló:

- ¡Me acaba de pasar algo importantísimo ¿y ustedes no me preguntan qué pasó?!
- Estábamos esperando que empieces, Sam – dijo Charlotte con su mirada suave pero ya incubando una sospecha.
- Bueno…- comenzó mientras se iba tiñiendo de rojo toda su cara – aún sigo siendo virgen, quédense tranquilas, pero voy dejando de serlo de a poco….
- Jaja, ¿cómo? – se me escapó entre risas.
- Bueno… vos sabés que hoy a la tarde estuve con Mr. Liberga *... -miró primero a una, luego a otra y finalmente el cenicero sobre la mesa.- Bueno, hice algo… pero no eso…- levantó una ceja mientras trataba de encontrar palabras- …ustedes saben, eso. Juro que después fui y me lavé los dientes…

Yo tuve que contenerme para no largar una carcajada y Charlotte sonreía en silencio y sin decir una palabra.

- ¿Y? ¿¿Qué piensan??
- ¿Te gustó? – preguntó inocentemente Charlotte.
- ¡Sí! ¡Me encantó! Nunca creí que pudiera gustarme…
- ¿Y a él? ¿Le gustó? – pregunte entusiasmada
- Y… acabó, así que supongo que sí… No en mi boca, aclaro.

Ambas reímos, pero ni Charlotte ni yo supimos preguntar algo más. No es que no me interesara, por supuesto, ni que no estuviera feliz por mi amiga. Al contrario, apenas terminó de relatar esto la felicité por su paulatino avance hacia la no-virginidad. Sin embargo, este tipo de conversaciones, aunque me parezcan sumamente interesantes y de un aprendizaje provechoso, nunca dejan de incomodarme. Es la cuestión del detalle, de la descripción del cuerpo y de la acción lo que me intimida. Como si el solo hecho de imaginar en mi cabeza el encuentro sexual de una amiga me hiciera pertenecer al mismo o incluso estar viéndolo.
Samantha se daba cuenta de mi dificultad para pronunciar palabra, así que preguntó ella.

- ¿Qué opinan? Él sigue insistiendo que es gay y después de eso ni siquiera se animaba a abrazarme..
- Que se yó- le respondo, dudosa pero pensando que esta pregunta ya la debo haber respondido unas 300 veces- quizás es como vos decís y no esté seguro. Además es chico para estar tan convencido de su homosexualidad…
- Sí, bueno, pero convengamos que una mano es una mano y una boca es una boca, sea el sexo que sea…

Un poco turbada por el detalle, respondí que sí y me quedé pensando. Sam estaba desesperada por una revelación o un comentario más alentador.
- ¡Necesito a Miranda! Por favor, alguna présteme su celular que le mando un mensaje.

Decir que el mensaje de texto era explícito es poco. Bastó con leer la respuesta de Miranda para saber que estaba impactada: En 15 minutos estoy ahí.
- ¿Bien? – dijo al desparramarse en la silla frente a mí- empezá a hablar. Vine únicamente por eso así que contá desde el principio y con lujo de detalles.

Samantha sonrió satisfecha y empezó a contar desde el momento en que él llegó a su casa. Charla, besos, caricias, risas, miedo, calentura, maldito celular sonando, enfriamiento, disculpas, calentura de nuevo –cada una de estas etapas iba tiñiendo de un rojo más intenso su cara- más caricias y ¡carrie dejá de llamarme!, el celular volando por la habitación y nada más que él contra la pared, excitado como nunca antes, y ella deseando besarlo, desabotonando el pantalón y besándolo sin que él se lo impidiera, por primera vez besándolo donde más deseaba. Miranda escuchaba entusiasmada, sonriendo luego de cada pitada. Charlotte apoyaba el mentón en las dos manos pero parecía esconder la cara cada tanto. Yo no me diferenciaba mucho de Charlotte. Mientras Sam gesticulaba con las manos cada uno de los movimientos que contaba y Miranda le decía que con esa forma de moverse se enteraba todo el bar, yo intentaba controlar mi imaginación. Me parecía genial escuchar esa situación por primera vez, pero al mismo tiempo me aterraba el hecho de acordarme de mis experiencias y empezar a desear. ¡Con lo lejano e imposible que me parecía en estos momentos estar con él! Pero logré borrarlo de mi mente por un momento y escuchar lo que ella contaba. Miranda preguntaba cosas como… “¿Había mucha luz? ¿Acabó mucho o poco? ¿Qué cara ponía?” y más preguntas que jamás se me hubieran ocurrido, pero que Sam respondía feliz y coloradísima.

- ¿Qué opinan? – volvió a preguntar Sam, ya sin tener que mencionar la “aparente” homosexualidad de su novio.
- Que una mano es una mano y una boca es una boca sea el sexo que sea – respondió Miranda con seguridad.
- ¡Que bueno! Vos tenés la misma teoría de la sexualidad que yo- se alegró Samantha.

Yo entré a preguntarme si no sería una frígida o limitada para el pensamiento sexual, y luego recordé que hasta hace un año no se me hubiera ocurrido ni mú en una conversación como ésta. Todavía dudaba de que ese comentario que ambas sostenían con firmeza fuera positivo para Sam, cuando Miranda ya había empezado a explicar por qué a ella le gustaba. Luego Sam explicó cuál sensación sadomasoquista la excitaba más. Incluso Charlotte se animó a contar cierta situación con su novio. Era obvio que después me iban a mirar a mí y yo me iba a poner bordó e iba a tratar de no acordarme o fingir no acordarme. Ya estaban las tres mirándome con sonrisas enormes y yo encontrando alguna palabra no tan explícita pero tampoco demasiado rebuscada para contar alguna pequeña cosita. Bueno sí, al principio no me gustaba pero la última vez sí..."Caramelos de menta es un buen tip", añadió Miranda. Y por suerte la cuestión de los caramelos se adueñó de la conversación.
Se hicieron las nueve de la noche, en un verano que atardece a la hora de la cena, así que decidimos irnos a descansar o a disfrutar de alguna película (o de algún buen recuerdo murmurado por teléfono). Charlotte y Miranda fueron hacia el lado del río, Sam y yo hacia el otro.
Ella aún estaba sorprendida por lo que le había pasado y yo menos intimidada para hablar de mí, así que ambas fuimos conversando y riendo, mucho más liberadas y sintiendonos parte de alguna película, mientras las calles cambiaban del naranja al azul y los faroles y los restaurantes se encendían.







*[Apodo otorgado por que luchamos para que libere su miembro]

4 comentarios:

  1. Samantha! Nunca pensé que ibamos a tener eso en común... con la diferencia de que soy virgen por completo, no a medias...

    ...y que a mi ni un gay me da bola... jajaja

    Gracias por pasar por mi blog! Las voy a seguir chicas!

    Y espero que las otras integrantes también pasen por el mío... Besos!

    ResponderEliminar
  2. Como cai acá...no sé...
    Me encanto la idea de su blog! jaja...


    Saludos!!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias por pasar!!!
    He decidido dedicarme algún tiempo a la difusión de cosas de interés general...Prácticamente es lo mío...ya que estudio Comunicación Social..jaja
    Besos!!!

    ResponderEliminar
  4. chau... hasta me dieron ganas de ser gay...


    (básico lo mío, lo se.)

    ResponderEliminar